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Obesidad infantil: causas y soluciones

Obesidad infantil: causas y soluciones

La obesidad infantil afecta significativamente la salud física y psicológica de los niños. Las investigaciones muestran que los niños con sobrepeso y obesidad tienen más probabilidades de permanecer obesos en la edad adulta.  

Además, estos niños tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar enfermedades como diabetes, hipertensión y afecciones cardio- vasculares a una edad más temprana.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay 43 millones de niños con sobrepeso menores de 5 años. La OMS también informa que no es raro encontrar desnutrición y obesidad coexistiendo en una misma persona. Pero ¿cómo?  ¿No se supone que si el niño está consumiendo tantos alimentos al día debería obtener los nutrientes que necesita? La verdad es que la obesidad infantil proviene del consumo de calorías vacías, que proporcionan poco o ningún valor nutricional. De esta forma, los niños pese a estar sobrealimentados están desnutridos al mismo tiempo.

Para tratar la obesidad naturalmente, es importante dirigir con el ejemplo y mostrar a nuestros hijos comportamientos saludables en el hogar. Siguiendo ciertas recomendaciones como cocinar en casa más a menudo, alentar al niño a participar en actividades físicas a diario y brindar contención emocional, usted puede ayudar a su hijo a lograr un peso saludable y establecer una relación positiva con los alimentos.

Según una investigación publicada en el Journal of Family Medicine y Primary Care, “la obesidad infantil puede afectar profundamente la salud física, el bienestar social y emocional de los niños y su autoestima. También se asocia con un bajo rendimiento académico y una menor calidad de vida experimentada por el niño”. El excesivo consumo de calorías proviene principalmente de azúcares y grasas poco saludables, con muy escaso valor nutricional.

 

Causas de obesidad infantil

  Tamaño de las porciones

Puede parecer obvio, pero es importante entender que el tamaño de la porción afecta directamente la cantidad de alimentos que se consumen en una comida. En las cadenas de comida rápida, el ofrecimiento de agrandar la porción, ya sea de alimento o bebida, está a la orden del día, tentando al consumidor a recibir más cantidad por unas monedas. Con esta práctica, las personas están consumiendo más calorías de las que su cuerpo necesita. La investigación muestra que las tasas de obesidad han aumentado en paralelo con el aumento del tamaño de las porciones. Esto también se aplica a los tamaños de las porciones de alimentos envasados individualmente, platos preparados listos para calentar y comidas servidas en restaurantes.

 Consumo de alimentos azucarados y ultra procesados

El consumo de alimentos azucarados y procesados (incluyendo bebidas gaseosas, jugos envasados, galletas, cereales, golosinas, etc.), bajos en micronutrientes, está directamente asociado con la creciente prevalencia de obesidad infantil en la última década. Por privilegiar estos alimentos, los niños están dejando de lado el consumo de alimentos con vitaminas, minerales y otros nutrientes saludables

 Ausencia de grasas saludables

Puede que le sorprenda saber que los investigadores han encontrado que una dieta rica en grasas saludables se asocia con un menor riesgo de desarrollar obesidad. Durante tantos años se nos dijo que las grasas causan aumento de peso. Sin embargo, estudios recientes han probado que lo contrario es realmente cierto, cuando se trata de grasas saludables. Esto se debe a que los alimentos que contienen grasas saludables –como las paltas, los huevos, la mantequilla, el salmón, el yogur entero y el aceite de coco– son alimentos complejos que proporcionan muchos nutrientes importantes, a diferencia de los alimentos edulcorados o procesados consumidos por tantos niños hoy en día.

 Falta de actividad física

Un gran número de niños y adolescentes no cumple con las pautas de actividad física recomendadas, que es por lo menos una hora de actividad física todos los días. Los datos muestran que los jóvenes que son más físicamente activos tienen niveles más bajos de grasa corporal que aquellos que son menos activos. Sin embargo, en lugar de correr fuera, participar en deportes o en otros tipos de actividad física, los niños están eligiendo actividades más sedentarias que implican sentarse por largos períodos de tiempo (jugando videojuegos, usando celulares o viendo TV). De hecho, para algunos niños estos dispositivos se están convirtiendo en una adicción y los están utilizando durante varias horas al día.

 Estrés (en niños y padres)

Los niños con obesidad se enfrentan a problemas psicológicos como estrés, ansiedad y hasta depresión. A veces, los niños y adolescentes obesos pueden ser intimidados o ridiculizados debido a su peso, incluso por sus amigos y padres. Esto conduce a que tengan más sentimientos de estrés, ansiedad, depresión y baja autoestima, lo que los lleva a recurrir a la comida como consuelo, aumentando más de peso como consecuencia. Se convierte así en un círculo vicioso.

Según un estudio de 2012 publicado en Pediatrics, el estrés en los padres también puede contribuir a la obesidad infantil. Los padres estresados pueden tener dificultades para pasar tiempo con sus hijos, y para comprar y preparar comidas saludables durante la semana, siendo menos propensos a servir frutas y verduras en el hogar. A su vez, ellos mismos parecen depender de la comida rápida y hay un mayor consumo de alimentos azucarados y procesados en el hogar.

 

 

 6 Soluciones para la obesidad infantil

  1. Dele a su hijo un desayuno saludable para comenzar bien el día

¿Sabía usted que saltarse el desayuno pue- de conducir a aumento de peso? Según estudios, el consumo cotidiano de desayuno reduce el riesgo de obesidad infantil y aumenta la tendencia a hacer actividad física en el niño. Sin un buen desayuno, los niños y adolescentes se sentirán fatigados, por lo que será menos probable que participen en actividades físicas que quemen calorías. Además, cuando llegue la hora del almuerzo tendrán tanta hambre que elegirán porciones más grandes y consumirán más calorías de una sentada.

La mayoría de los cereales son muy pro- cesados y contienen grandes cantidades de azúcar, colorantes y saborizantes, por lo tanto, no son una buena opción para el desayuno. En su lugar, busque alimentos que aporten proteínas, fibra, grasas saludables y antioxidantes. Un buen ejemplo de esto puede ser un tazón de yogurt natural, con avena, fruta picada y/o frutos secos, y un poco de miel para endulzar. O huevo a la copa, pan integral tostado y palta o tomate con sal de mar. Se trata de alimentos bien completos que mejorarán el rendimiento escolar y ayudarán a que el niño se sienta satisfecho por más tiempo.

 

  1. Participe en la alimentación de su hijo en la escuela

Preste atención a la alimentación que recibe su niño en la escuela. Pregúntele qué comió ese día, si la comida le gustó, cómo lo hizo sentir después, con energía o aletargado, etc. Los estudios demuestran que en la lucha contra la obesidad infantil, el enfoque más factible y eficaz es uno multi- disciplinario que involucre a la escuela y a la familia de los niños. Los maestros y los padres son los mejores modelos a seguir. Juntos, pueden guiar más fácilmente a los niños para que se vuelvan más saludables.

 

Si su hijo debe llevar su propio almuerzo, entonces procure involucrarlo en la elección y preparación de los alimentos, prefiriendo siempre las variedades integrales junto con verduras, vegetales y frutas de  la estación.

  1. Cocine más a menudo

Como los padres están cada vez más ocupados, queda poco tiempo para cocinar, por lo que muchos prefieren comprar comida rápida, lo que pone a los niños en un mayor riesgo de convertirse en obesos. En los restaurantes, por otro lado, a menudo se sirven porciones demasiado grandes y muy calóricas. Así, para ayudar a su hijo a bajar o mantener su peso, es preferible que prepare la mayoría de las comidas en casa, y coman juntos como familia tan a menudo como sea posible.

 

  1. Limite el tiempo frente a la TV

Cuando su hijo mira TV,  probablemente lo hace sentado o acostado, haciendo muy poca o ninguna actividad física. Ver demasiada TV no solo significa demasiado tiempo sedentario para el niño, sino que también implica que el pequeño está ex- puesto a constantes anuncios que promueven justamente el tipo de alimentos que están contribuyendo a nuestra epidemia de obesidad infantil.

  1. Dedique tiempo para la actividad física

Los niños y adolescentes entre 6 y 17 años deben realizar, al menos, 60 minutos de ejercicio todos los días. El ejercicio regular disminuye la probabilidad de desarrollar obesidad infantil, reduce los niveles  de estrés y ansiedad, promueve la salud mental y construye huesos y músculos fuertes. Todos estos beneficios aumentarán la autoestima de su hijo y lo ayudarán a alcanzar sus metas de bajar de peso. Los niños deben pasar una o más horas al día realizando actividades aeróbicas y de fortalecimiento muscular, tales como jugar a la pelota, andar en bicicleta, practicar natación, gimnasia, patinaje, karate, etc.

 

 

  1. Apoye al niño y enseñe con el ejemplo

Los niños y adolescentes obesos experimentan estrés y ansiedad por su peso, y por la forma en que sus familiares y compañeros los perciben. Por esto, abordar los problemas psicológicos relacionados con la obesidad es tan importante como cambiar la alimentación de un niño. Nunca menoscabe al niño por su peso; en vez, explíquele sus preocupaciones y preséntele un plan de acción para resolver el problema. Si usted planea que su hijo coma alimentos más sanos y pretende que haga actividad física, entonces ¡usted debe hacerlo también! Siéntense juntos a la mesa y disfruten de una comida saludable. Además, participen en diversas actividades físicas juntos, como caminar o andar en bicicleta, entre otras.

Ahora, si tiene problemas para lidiar con la ansiedad de su hijo por su peso o por la comida, busque la ayuda de un profesional quien podrá orientarlos para trabajar juntos como familia.

 

Fuente: https://draxe.com/childhood-obesity-and-school-lunches/

*Los estudios de los números referenciales indicado

s a lo largo del artículo se encuentran disponibles

en el escrito original, en la fuente señalada

Granja Magdalena

El Guardián de la Salud.

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