INGREDIENTES:
4 pechugas de pollo deshuesadas
1/3 de taza de harina
2 cucharadas de queso parmesano rallado
1 cucharadita de orégano en polvo
1/2 cucharadita de sal
2 cucharadas de aceite de oliva extra virgen
4 rebanadas de prosciutto
4 rebanadas de queso mozzarella
1 cucharadita de hojas de salvia fresca
30 g de caldo concentrado de pollo
1 cucharada de mantequilla de campo
PREPARACIÓN:
Ponga las pechugas desguesadas entre dos capas de película plástica, con el lado liso hacia abajo, y golpéalas suavemente con el lado plano de un mazo para carne o con un rodillo, hasta que tengan aproximadamente medio centímetro de gruosor.
Mezcle la harina, el queso parmesano, el orégano en polvo y la sal en un plato bajo. Cubra el pollo con esa mezcla, y retire el exceso.
Caliente el aceite a fuego medio-alto en una sartén antiadherente. Añada el pollo, y cocine unos 8 minutos, volteándolo una vez, hasta que se dore la parte exterior y el centro ya no se vea rosado.
Cubra cada pechuga de pollo con una rebanada de prosciutto y una de mozzarella. Tape bien la sartén para producir un efecto de horno, y cocine un par de minutos más hasta que el queso se derrita.
Espolvoree salvia sobre el pollo y retirelo de la sartén. Cúbralo en nu plato con papel aluminio, procurando que el papel aluminio no toque el queso.
Aumente la flama a fuego alto y añade el caldo de pollo a la sartén. Caliente hasta que hierva, raspando cualquier trozo dorado del fondo de la sartén.
Deje hervir aproximadamente 3 minutos, retire la sartén del fuego, añada la mantequilla, vierta la mezcla sobre las pechugas de pollo, y adorne con hojas de salvia.
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